Estadio
Vicente Calderón.
Paseo
de la Virgen del Puerto, 67 -acceso por el restaurante Sport Arena, junto a la
puerta 23-
91
- 365 09 31 * 91 - 366 65 68 * 902 - 26 04 03
www.clubatleticodemadrid.com
Cómo
llegar:
-
en coche: desde la N-V y N-VI, por la M-30 y su salida del Paseo de la Ermita
del Santo;
desde
la N-II, N-III y N-IV, por la M-30 y su salida de la Glorieta de Embajadores.
Horario:
-
de lunes a domingo de 11:00 h. a 19:00.
Días
de partido desde las 11:00 y hasta el comienzo del mismo.
Días
24 de diciembre, 31 de diciembre y 5 de enero abierto de 11:00 h. a 14:00.
Días
25 de diciembre, 1 de enero y 6 de enero, cerrado.
*
Horario de visitas guiadas al Estadio (recomendable reservar en el teléfono 91
- 365 09 31):
-
de lunes a domingo a las 12:00, 13:00, 16:30 y 17:30.
Consultar
días de partido o evento.
Precios:
-
entrada general: 6 euros.
-
entrada con visita guiada: 8 euros.
Abonados,
socios no abonados y menores de 12 años: descuento del 50%.
En
el derby madrileño de los museos deportivos, el ganador claro es el Atlético de
Madrid. El secreto del éxito del Museo Histórico reside en la aportación del
coleccionista Pablo Ornaque y su impresionante selección de objetos
relacionados con el fútbol.
Un
maniquí de época y la foto de uno de los primeros campos de juego del Atleti
ponen al visitante en situación frente a un viaje en el tiempo de lo más
entretenido. La visita comienza con una primera y larga vitrina donde podemos
encontrar el llamado "Espacio fundacional", en el que se ilustra con
profusión sobre el nacimiento del antiguo Club Atlético Aviación.
También
se describen los precedentes del fútbol en diversas partes del mundo y sus
primeros rasgos como el deporte que hoy conocemos. Abunda el papel antiguo en
forma de entradas, fotografías, documentación histórica, etc. Los textos e
ilustraciones resultan mucho más lúdicos de lo que cabría esperar, y se
acompañan de algunos detalles que ambientan la época descrita, como un sombrero
de copa, una pelota de trapo o fetiches similares. Todo se exhibe a ambos lados
del pasillo y en vitrinas llenas de pequeñas piezas de sangre rojiblanca.
A
la derecha del vestíbulo central se abre una zona que representa la vida
cotidiana madrileña a comienzos del siglo pasado. En esta particular escena
costumbrista vemos a un maniquí de niño uniformado con la camiseta del club,
junto a un zapatero en plena faena en su taller y el reclamo comercial de una
colchonería “el equipo colchonero”, ¿recuerdan?). Parece uno de esos dioramas
gigantes del Museo de Cera, sólo que esta vez con ambientación balompédica.
Figuran asimismo el vestuario y la enfermería del Estadio Metropolitano, el
hermano mayor del Calderón.
El
espacio principal del Museo aloja las mejores piezas de la colección de Pablo
Ornaque. Hay una zona de billares con modelos más o menos rudimentarios o
modernos, y una columna central dedicada al fútbol infantil. También se
muestran colecciones de cromos, juguetes y artilugios varios de los que
conformaron el imaginario colectivo de varias generaciones.
Son
los rincones más apetecibles de un amplio salón de trofeos, un aliciente del
que disfrutan casi en exclusiva -aunque de qué modo- los seguidores del equipo
en cuestión. Brilla intensamente la plata de los trofeos oficiales de Liga y
Copa, y brillan los ampulosos diseños de los torneos de verano ganados por el
equipo "de la ribera del Manzanares". La evolución en las camisetas
oficiales del club es otra de las curiosidades expuestas, que son muchas y bien
representativas de la cultura popular asociada al rito deportivo de los
domingos.
Las secciones deportivas también están
representadas (balonmano, hockey, etc.) aunque siempre por debajo de lo que se
merecen y de su trascendencia en los momentos de gloria. Este componente 100%
de club se mezcla con otros detalles más genéricos - como la evolución de los
balones y botas de juego-, exhibidos con mucho gusto y un atractivo inmediato
para los niños.
La
memorabilia y la anécdota marcan la pauta museística de una muestra "de
tamaño humano", tan atlética que es capaz de romper la norma -aunque
siempre para bien- de lo que se supone que hace grande a una entidad deportiva.
Aquí conviven sin problema alguno los primeros carteles de los partidos
celebrados en el Vicente Calderón con los recuerdos cedidos por insignes
atléticos del mundo del arte y otras disciplinas deportivas: el capote de José
Tomás, el bombín de Sabina, recuerdos del binomio Hombres G-El Canto del Loco
que llenó el estadio en 2005, etc. Preferiríamos ver algo de los Rolling del
82, porque no será por falta de grupos o artistas internacionales que hayan
elegido el Calderón como escenario para sus conciertos.
Subiendo
unas escaleras contiguas encontramos las portadas de la prensa generalista y
deportiva que más y mejor han glosado las hazañas, desdichas o heroicidades de
un equipo singular como pocos. Siguiendo con las curiosidades, un puesto de
escucha con cascos permite disfrutar de las canciones del álbum del centenario:
"Somos socios del Atleti". Como vemos, un Museo de lo más entretenido
y pintoresco, como corresponde a una institución carente por fortuna del
elitismo del vecino madridista.
Los
nombres propios del Atlético configuran una galería completa de héroes locales,
aunque el club tampoco se ha olvidado de glosar a una de las aficiones más
carismáticas del mundo. Aquellos que incluso se tatúan el escudo del Atlético a
color en su nalga derecha -juro que conozco a un amigo que lo ha hecho-
terminarán de levitar en la tienda oficial del club, justo a la salida del
Museo.
Quizás
para compensar lo sucedido en el Bernabeu (ver reseña), nuestra hija se llevó
sin querer un recuerdo en forma de lapicero corporativo de la Sociedad Anónima
Deportiva. Tampoco esta vez nos dimos cuenta. Atención Rayito, ya sólo nos
quedas tú...
La
relación de espacios temáticos o “ámbitos” que constituyen el Museo es la
siguiente: La Dama Atlética, Sala de Proyecciones, Historia del fútbol,
Historia del Club Atlético de Madrid, Espacio fundacional, Escenografías:
Madrid atlético y rojiblanco, Evolución del balón y las botas (1903-2007),
Exposición de carteles históricos, Espacio “Artlétic”, Zona interactiva, La
magia del Vicente Calderón, Homenaje a la afición, El mundo de las peñas, La
prensa deportiva, Camisetas históricas, Ídolos de la afición, Nuestros
jugadores internacionales, Los entrenadores del Club, Galería de presidentes;
Exposición de trofeos: Intercontinental, Recopa de Europa, Vitrina de honor de
competiciones nacionales: ligas, copas de España y Supercopa, Trofeos de
prestigio, Villa de Madrid; Objetos curiosos históricos del fútbol, Espacio
futbolines y juegos, Fútbol femenino e infantil, Historia de las secciones del
club, El doblete, El centenario atlético, Presente y futuro del Atlético de
Madrid SAD.
EL
TOUR
La
visita al Museo tiene un complemento opcional, aunque imprescindible. Se trata
del tour o visita al estadio Vicente Calderón, que comienza a las puertas
mismas del Museo. Lo que más nos llamó la atención fue la rapidez con la que ésta
se efectúa. Apenas hay tiempo para pararse a curiosear entre las explicaciones
del guía de turno. Más que una ruta fue una carrera, y eso que había ganas por
imbuirse del espíritu rojiblanco. Fuimos todo el tiempo retrasados y terminamos
al borde de la extenuación, como si de un entrenamiento del primer equipo se
tratase.
Los
vestuarios y la sala de prensa constituyen los principales reclamos. A la
entrada misma del campo se aprecia una anchísima chapa que recoge las firmas
espontáneas de los visitantes precedentes. Nada más salir a cielo abierto nos
encontramos casi a ras de césped, ya que el recorrido se efectúa por la parte
baja de los graderíos. Tras atravesar uno de los fondos el grupo llega a la
altura del palco de honor y accede con posterioridad a la sala VIP del estadio,
con imágenes de gestas que glorifican a la institución. Pudimos acercarnos al
terreno de juego pero no pisarlo, ya que se trata de uno de los tres verdes
mejor cuidados del fútbol mundial y la prohibición es expresa.
Donde
sí pisamos fuerte fue en los columpios infantiles situados a escasos metros de
la puerta del Museo. Nos vinieron de maravilla para culminar una tarde de lo
más deportiva.