El juego
es un concepto indisoluble de la infancia. Alrededor de esta necesidad vital
crece una gigantesca industria, que se diversifica según especialidades y
materias. Existen cadenas comerciales muy potentes, cuyas tiendas rozan la
fantasía infantil del "país de los juguetes". Son grandes almacenes
donde la simple visita se convierte en un placer para la vista. Como es
natural, resulta difícil salir de ellos sin haber comprado nada.
Otra
historia es la relativa a las franquicias de juguetes educativos y de
formación. Su éxito está justificado a tenor de la sensatez de sus propuestas,
alejadas 100% de la esclavitud de la Play Station. En esta misma línea se
sitúan las jugueterías especializadas, que recuperan el espíritu del juguete
artesanal y de calidad, las casas de muñecas o las construcciones de madera.
Las tiendas oficiales de Disney o Warner inciden en un tipo distinto de
necesidades, y cuentan con la ventaja de ser importadores directos de todos
esos productos que luego encontramos "pirateados" en los mercadillos.
Apuntamos
también algunas sugerencias sobre modelismo y maquetas, a las que acompañan
otras relacionadas con los juegos de mesa y estrategia. Son las más indicadas
para niños que ya están a punto de serlo, y suelen recibir la visita de padres
que inculcan a sus hijos sus mismas aficiones.
¿Qué
algo se rompe? Pues acude rápido a alguno de los talleres que reparan esos
muñecos favoritos sin los que tus hijos serían incapaces de conciliar el sueño.