Ludotecas,
centros de ocio infantil, "bolitas"… Se pueden usar muchas
denominaciones, pero todas sirven porque al final lo que importa es que los
chicos se diviertan. Son un recurso infalible para celebrar cumpleaños
multitudinarios, y una solución de urgencia cuando la climatología resulta
adversa. La ausencia de accidentes demuestra que su seguridad es intachable,
aunque a veces la masiva presencia de niños llegue a convertir el juego en una
incómoda peripecia.
Las
franquicias más extendidas son Chiquipark y Multiaventura, pero en cada barrio
siempre encontramos una o dos instalaciones de este tipo. Son recomendables
para niños de 4 años en adelante, ya que los espacios reservados a los más
pequeños suelen ser escasos y están poco dotados -eso cuando los hay-.
Otro de
los servicios añadidos que se agradecen es la existencia de un pequeño bar
donde padres y madres podamos tomar algo mientras nuestros hijos se desfogan
por el laberinto de bolas, redes, colchonetas y rampas.