Los
centros culturales son esos sitios donde se forman largas colas a la vuelta del
verano, cuando decenas de personas esperan horas para apuntarse en alguno de
los cursillos de la nueva temporada. Y quien prueba una vez, repite. Muchos han
descubierto en sus talleres una oportunidad única de socializar con esos
vecinos del barrio a los que no conocemos ni saludamos. Las actividades se
suelen celebrar por las tardes, de lunes a viernes y sólo en días laborables.
Para los
niños la oferta es menor, pero existe y hay que seguirle el rastro mes a mes.
Al igual que las APAs y sus extraescolares, las juntas de distrito diseñan
programas específicos para aquellos niños que quieren hacer algo más que salir
del colegio e ir directamente a casa. Los sábados por la mañana también se
organizan convocatorias destinadas a los más jovencitos ciudadanos madrileños,
aunque estas iniciativas son de una naturaleza más concreta y ocasional.