Museo y Casa Rural - Tielmes

|

MUSEO CASA Y ESCUELA RURAL - Tielmes:
HOMENAJE A LOS MAESTROS

C./ Escuelas, 7. TIELMES
Horario:
- viernes y sábado: de 11:00 a 13:00 hh., y de 17:00 a 19:00 hh.
- domingo: de 12:00 a 14:00 hh.
Información y reserva de visitas:
Ayuntamiento de Tielmes: 91 - 874 60 02





Los profesores creen que los padres y madres estamos descontentos con su labor por norma (o naturaleza), pero no es cierto. Con el fragor del curso surgen a veces las fricciones, lo que no quita que reconozcamos su labor como uno de los pilares fundamentales sobre los que se sustenta la educación y formación de nuestros hijos. ¿Además, los “malos malísimos” no eran siempre los directores de los colegios?
En homenaje a los tutores, maestros, educadores y profesionales que constituyen el claustro, Madrid Infantil recomienda una visita al Museo-Casa y Escuela Rural de Tielmes, al suroeste de la Comunidad de Madrid. Se trata de un antiguo edificio construido en el siglo XIX, que hasta el año 1945 fue escuela de primeras letras y posteriormente vivienda del maestro. La rehabilitación del inmueble se hizo desde el respeto a la construcción original, procurando además conservar toda la estructura primigenia en sus acabados, detalles y remates.



El recorrido por el museo es una excelente oportunidad para que los chicos conozcan lo que fueron las aulas de los colegios antes de la llegada del bilingüismo y las pizarras digitales. La escuela ocupaba una casa de dos plantas, situada en pleno centro del pueblo y con un amplio jardín delantero a modo de patio de recreo. La fachada cuanta con un pórtico de dos columnas, sobre las cuales se despliega una galería balconada en madera, típica de esta zona de la provincia.
La planta baja aloja el pequeño vestíbulo de la entrada, la cocina, el comedor y la escuela en sí. El aula está presidida por un crucifijo, el encerado y una tarima sobre la que se asiente la mesa del maestro. En ella se aprecian todos sus aparejos habituales: el tintero y la pluma, material de escritorio, un globo terrestre, la escuadra y el cartabón sobre la pizarra… Las blancas paredes muestran mapamundis ya caducos, o pequeñas estanterías que funcionaban como biblioteca.  
Ya en el suelo se alinean varias pupitres dobles para los alumnos -con mesa y silla compartida- y un buen número de cuadernos y apuntes de mediados del siglo pasado. Todos los documentos son reales y la práctica totalidad están escritos y garabateados por sus antiguos dueños. Muchos vecinos de la localidad aportaron sus propios libros, manuales y enciclopedias para ambientar la clase con el mayor de los realismos. Estas donaciones o cesiones temporales se extienden al resto de las estancias de la casa.




La recreación de la vida cotidiana del maestro y sus alumnos es pues uno de los aspectos más interesantes de la Escuela Rural. Su planteamiento trasciende lo folclórico o rústico, logrando transmitir aquello que pretende: el día a día en una España austera y contenida, donde cada pequeña comodidad o satisfacción era producto de la cultura de la subsistencia y el trabajo duro. La profusión de imágenes religiosas resulta chocante hoy en día, pero no deja de ser la realidad española de ayer mismo.
Los maestros no vivían como reyes, de eso no cabe duda, pero al menos contaban con su espacio propio para el descanso y la abstracción. Un pequeño despacho cierra la distribución de las habitaciones de la segunda planta, donde también hay sitio para los dormitorios del matrimonio anfitrión o la habitación de los niños. Su presencia ha quedado congelada en el tiempo gracias a su vestuario, su ropa de cama y los rudimentarios juguetes con los que se entretenían.


La atención en el detalle se hace extensible al comedor y la cocina, donde los enseres, útiles y elementos decorativos parecen sacados de nuestros recuerdos infantiles y la convivencia con los abuelos en todo pueblo castellano o manchego que se precie. Los aperos de labranza comparten protagonismo con los productos naturales colgados de los garfios de la cocina (ajos, maíz...), mientras sartenes, platos y cazuelas se distribuyen en torno a un fuego de chimenea situado a ras del suelo. 
Un último aspecto llama la atención de la Escuela Rural y es el que seguramente podríamos calificar como el primer "graffitti" en la historia de la Comunidad de Madrid. La rehabilitación del conjunto permitió descubrir unas pinturas hasta ese momento desconocidas, y que ocupaba toda la fachada superior del edificio.  Toda la pared que da al jardín está ocupada por la representación pictórica de inspiración militar, inédita en una dotación civil como la que nos ocupa.

El grupo inmortalizado consta de once soldados, un caballo y un cañón en parada o desfile marcial. Varios miembros de la Guardia Civil permanecen en posición de firmes, mientras que otros pertenecientes al cuerpo de infantería desfilan precedidos por el tambor mayor. Se rinde así homenaje al personaje que va a caballo, y cuya ignota personalidad desconocenos por la sencilla razón de que el espacio del muro reservado a su figura coincide con la apertura posterior de una ventana. Tanto el autor como el sentido mismo de la pintura son desconocidos, pero el estudio de los uniformes ha permitido situar su producción en torno a los años 1840 a 1860.

 

©2009 Madrid Infantil | Template Blue by TNB