Paseo de
la Ermita del Santo * Paseo del Quince de Mayo * Vía Carpetana * Camino de San
Isidro * C./ Arroyo de Valdecelada * C./ María Jesús * C./ Vicente Quesada *
C./ Antonio Vico * C./ Isaac Albéniz * C./ Pellejeros * C./ Caronte * Subida de
Santa María
Líneas
cercanas de autobús: 17 y 50. Metro: Marqués de Vadillo.
Una gran
fuente con surtidoressirve como punto de referencia
Las
auténticas praderas de
San
Isidro tienen este aspecto
Podríamos
haber esperado a la celebración de la tradicional verbena en la pradera de San
Isidro, pero en esas fechas es tal la masa de visitantes que colapsa el Parque
que recomendamos una excursión en cualquier época del año menos la festiva de
mayo. El Parque de San Isidro es otro de esos espacios verdes que apenas conoce
el madrileño que no es vecino del distrito de Carabanchel, quizás porque su
ubicación es de las que siempre quedan “lejos de todas partes”. Recomendamos
consultar el callejero y elegir uno de sus tres accesos: Pellejeros, Camino de
San Isidro o calle Vicente Quesada. En términos de GPS religioso diríamos que
se encuentra entre las Sacramentales de San Justo, San Isidro y Santa María.
Tiene
una longitud más que respetable, y cuando hablamos de longitud lo hacemos en
sentido estricto. Su superficie de 32 hectáreas simula una larga lengua con
constantes desniveles y subidas y bajadas de terreno. Esta curiosa orografía
hace bastante entretenido el recorrido por el parque. Su columna vertebral se
articula en torno a varios paseos con bancos y mesas, lagos artificiales,
fuentes y estanques con surtidores, y una de esas zonas de ejercicios para
mayores que los niños terminan haciendo suyas. Los límites del parque son
relativos, y para comprobarlo basta con observar los descampados colindantes
que lo comunican con varios barrios del distrito -uno de ellos toma el nombre
de San Isidro-. Así era Madrid en los años 70, cuando los barrios no estaban
comunicados entre sí y salir de uno y entrar en otro era casi una aventura.
La vía
central es escenario delos actos festivos y verbeneros
La
ermita del santo vigila
de cerca
los juegos de los niños
Hay
praderas para todos los gustos y dimensiones, cuidadas con mimo por los
operarios de jardines del Ayuntamiento y aparentemente respetadas por sus
asiduos del fin de semana -principalmente el domingo por la tarde-. El recinto
dispone de varias instalaciones deportivas. Entre ellas destaca con claridad un
campo de fútbol de tierra, con unas dimensiones propias del auténtico balompié
de competición. Por supuesto, no falta tras una de las porterías el clásico bar
para quienes disfrutan del fútbol aficionado desde el lado de las sillas de
Mahou.
Muy cerca
se encuentra uno de nuestros fetiches favoritos del Madrid del casticismo
moderno, el antiguo Canódromo (para quien no lo sepa, el lugar donde se
celebraban carreras de perros), hoy reconvertido en pista de atletismo. Se
conserva su famoso voladizo, un ejemplo bien representativo de esa arquitectura
del desarrollismo que tanto nos gusta por estos lares cibernéticos.
Una
vanguardista esculturanos indica hacia dónde mirar
Pequeñas
láminas de agua
comunican
parte del interior
La
escultura más significativa y vanguardista del parque dedicado al patrón de la
capital se titula “Ventana a Madrid Ilusorio Real”, data de 1990 y es obra de
Enrique Salamanca. Como su nombre indica, goza de una orientación única, en la
parte superior de una pequeña loma de terrazas con su propia caída de aguas.
Esta especie de gigantesca veleta fija de hierro ocupa el centro de una
plazoleta. En esa parte del Parque también hay otro conjunto más de esa
ornamentación escultórica con la que nunca sabemos a qué atenernos. Nos referimos
a un enorme busto del pintor Goya, flanqueado por sendas columnas de
inspiración griega.
Para
recuperarnos del efecto estético, nada como acercarse al área infantil mejor
dotada del entorno, que es la situada justo enfrente de la Ermita del Santo. El
edificio sacro es modesto, pero tiene el encanto de una construcción casi de
aldea. Por una vez, el gigantismo madrileño se reduce a la mínima expresión, en
un tamaño de escala humana que raramente caracteriza otros rincones
significativos de la historia de la ciudad.